Art. XXX.- “La Constitución asegura la protección del agua para la preservación ecosistémica y la protección de los derechos de las generaciones actuales y futuras. Dicha protección incluye al agua en todos sus estados, los glaciares y su entorno, los humedales y todo otro ecosistema que influya en el funcionamiento del ciclo del agua en cada cuenca.

Las aguas deberán gestionarse considerando la crisis climática y ecológica y tomando como unidad básica las cuencas hidrográficas. Dicha gestión deberá hacerse de manera integrada, asegurando la calidad de las aguas, la participación de todos los habitantes de la cuenca, la protección de la naturaleza y el respeto de los derechos humanos.

El Estado establecerá un caudal suficiente, que deberá mantenerse en cada fuente natural de aguas para asegurar el equilibrio ecológico.”