Iniciativa Nº 3.011: Asegurar que el Estado este al servicio de la PERSONA HUMANA Y BUSQUE EL BIEN COMUN DESDE EL RECONOCIMIENTO DE NUESTRA NATURALEZA

El Articulo busca asegurar que el Estado este al servicio de la PERSONA HUMANA Y EL BIEN COMUN integrando conocimientos de ciencias humanas y de salud

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La afectación de la salud y desarrollo humano, y las actuales tendencias en suicidio y depresión, entre otros, en nuestro país, me hacen preguntarme si existe un acuerdo común de qué es lo que entendemos cuando hablamos de persona humana , y por tanto de qué significa y qué implica estar al servicio de la persona humana , o contribuir a generar las condiciones sociales que permitan a la misma su máxima realización posible. Desde lo ideológico posiblemente las respuestas serían variadas y entraríamos en un debate basado en creencias como los que muchas veces vimos, distinto es si estas mismas afirmaciones las leemos desde las ciencias humanas y de la salud, y por tanto desde nuestra naturaleza biopsicosocial. Por ejemplo, aún cuando normalizamos el individualismo como caracteristica de países desarrollados, desde áreas de las ciencias humanas y de la salud, no está en duda la naturaleza social ni la función que los vínculos y el afecto tienen en el desarrollo humano, entendiendo que desde un nivel genético, bioquímico y neuronal, el desarrollo y bienestar humano se despliega en profunda articulación con lo interpersonal, vincular y socioafectivo, hasta lo cultural y colectivo (McCartney & Phillips, 2006, Shonkoff & Phillips, 2000) , entendiendo por tanto que el desarrollo humano (incluyendo nuestras habilidades socioemocionales) son interdependientes del entorno y el mismo puede permear nuestras formas de mirar lo humano y vincularnos, y por tanto con ello, nuestras posibilidades de supervivencia y evolución. Por ello, sería importante preguntarnos si esta ausencia hasta hoy normalizada, como la ausencia explicita del reconocimiento del ser humano como ser social que se constituye en la relación con otro, no es parte de lo que ha facilitado que ya desde hace años, al igual que se han normalizado los niveles de estrés que hoy sabemos afectan la capacidad de aprendizaje y adaptación desde un punto neurocientifico, como la capacidad de procesamiento de información, e incluso capacidad de vinculación y regulación emocional, veamos a su vez normalizadas, las tendencias al individualismo pareciendo ser parte del escenario social aceptado por el modelo económico imperante, pero no por ello normal, claramente para lo humano , o al menos no funcional, porque los lazos relacionales que unen a las personas y sistemas están a la base de la mayoría de los procesos críticos del desarrollo humano. Por ello, Maturana decía que la historia de la transformación del sistema nervioso tiene que ver con la convivencia, con el hacer cosas juntos, pero hoy nos está costando estar cerca y vernos.En este sentido es importante destacar considerando tendencias, que dentro del esquema de la Psicopatología del Desarrollo (Bowlby, 1988; Cicceti 1995), la psicopatología es entendida como un modelo que refleja el proceso de adaptación construido entre la persona y su ambiente,dando gran importancia a la historia relacional y a las característica del entorno.

Esta es una propuesta de

Alejandra González