Iniciativa Nº 8.647: La Base de la Democracia en la Evaluación Ciudadana de las Políticas Públicas

Se propone la creación de un Poder Ciudadano autónomo, base de nuestra Democracia, cuyo funcionamiento apoya la evaluación de Consejos Ciudadanos.

Esta propuesta cuenta con

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Argumentos que respaldan la propuesta

Evaluación de las Políticas de Estado por parte de Consejos Ciudadanos.

Fernando Varela A.

EL DIAGNÓSTICO

Hay diversas razones por las que las democracias actuales pueden considerarse débiles, en el sentido que presentan escasa injerencia de su ciudadanía, en lo que se refiere a la posibilidad que ella tenga sobre la evaluación, conducción, cambios y mejoras de las Políticas Públicas.

En Chile, y una diversidad de países, con realidades políticas muy diversas, no existen –actualmente- instancias ciudadanas, con poder suficiente, con sistemas adecuados, que le permitan a sus ciudadanos ejercer poder en cuanto a evaluar sus propias políticas públicas, que nos atañen a todos y todas.

LA PROPUESTA DE UN PODER FUNDAMENTAL: El PODER CIUDADANO

En base a lo anterior, propongo considerar la creación de un “Poder Ciudadano” fundamental.

Propongo que a este Poder se le denomine Poder Ciudadano. Tal Poder - estaría encargado de seleccionar, evaluar, aprobar o vetar el ejercicio de nuestras políticas públicas, con ciertas excepciones (por ejemplo, ciertas materias de Defensa).

Este Poder se encargaría de consultar periódicamente, a la Ciudadanía, sobre “el estado de la gestión pública”, en aspectos concretos.

Tal Poder se puede configurar como una Corte Ciudadana, es decir, una entidad Pública de alto nivel, con una corte de Ministros Ciudadanos, cargos a los que se pueda acceder por selección acotada, según altos estándares técnicos. Así, sus integrantes serían ciudadanos seleccionados por concurso público, ya sea para ejercer como Ministros o Funcionarios de carrera.

Tal Poder Ciudadano estaría mandatado a crear, mantener en funcionamiento Oficinas Técnicas de Apoyo y Asesoría, así como a hacer cumplir las resoluciones de una nueva institucionalidad, base esencial de nuestra Democracia: los Consejos Ciudadanos.

Hoy en día prácticamente todas las decisiones fundamentales en cuanto a la propuesta, evaluación e implementación de las políticas públicas se someten –en última instancia- cuando existen, al voto ciudadano, no por ellas mismas, sino eligiendo, muy en general, a representantes que se encargan de ello. Sus consecuencias, por tanto, son escasamente evaluadas por instancias ciudadanas directas. Son democracias tuteladas por grupos de poder político sin contrapesos significativos. Mi propuesta pretende construir este contrapeso significativo.

Ahora me referiré a un aspecto clave de esta propuesta: el sistema de formación y funcionamiento de estos Consejos Ciudadanos.

Resulta poco práctico un sistema de Consejos permanentes. Saca a los ciudadanos de sus labores habituales. El ejemplo de diversos países en cuanto a la conformación de jurados para materias de juicios es un buen ejemplo a tomar en cuenta.

Un Consejo informado, compuesto por nuestros pares, los ciudadanos, llamados a concurrir a una instancia de evaluación de políticas tales como los indultos, los derechos de los consumidores, las políticas de prevención del delito, l

Esta es una propuesta de

Fernando Varela A.